En 1925, en un pueblo de Alaska hubo una epidemia de difteria. La vida de cientos de niños estaba en peligro y era necesario viajar por un suero a Anchorage, una ciudad a más de 600 millas de distancia. Leonhard Seppala (interpretado por Willem Dafoe) no lo pensó dos veces, tomó su trineo y fue por la medicina.
Sin embargo, aunque la acción y determinación de Seppala son loables, el héroe de esta historia no es él sino su perro Togo, un siberiano al que no quería cuando era pequeño porque lo consideraba no apto para jalar un trineo, el principal trabajo de esta raza.
“Togo”, que ya se puede ver en Disney Plus, cuenta esta historia poco conocida porque el crédito de esta hazaña no se le dio al perro guía sino a un perro de otro trineo que recorrió el último trecho del peligroso viaje.
“Seppala estaba molesto de que Togo no había recibido el crédito que merecía, lo que nos deja ver el profundo amor que le tenía al animal”, dijo Ericson Core, director de la cinta.
Entonces, para hacerle justicia al animal, Core y Disney decidieron hacer este filme que se grabó en su totalidad en escenarios naturales de Alberta, Canadá. No se usaron efectos especiales –excepto cuando fue necesario para no poner en peligro a los perros– y tampoco se filmó sobre sobre pantallas verdes.
“Queríamos hacerlo lo más real posible porque los eventos de la historia son verdaderos y creo que tiene más valor emocional cuando se filma en realidad y lo hicimos así, aunque fue un reto que creo que el filme lo vale”, dijo el director.
A Togo y a Seppala les tocó recorrer 264 millas, de Nome a Shaktoolik, en tres días en temperaturas de menos 30 grados Farenheit bajo cero, y con vientos tan fuertes que el frío se sentía a menos 85 grados Farenheit.
En la conversación que tuvimos con Ericson y con Kim Zubick, productora de la cinta, nos contaron que los perros que se usaron para hacer la película son descendientes directos de Togo; son la generación catorce. También contaron que encontraron esta historia por casualidad, cuando un pasajero de un avión se la contó a alguien que trabaja en los estudios de Disney.
Entonces el equipo de producción de Disney, entre ellos Ericson, viajó a Alaska para conocer de cerca la historia del perro y de su amo. Encontraron que Seppala dejó documentos, imágenes y escritos del viaje. Así fue como se dieron cuenta de las vicisitudes del fatídico recorrido.
“El viaje es verdadero” dijo el director. “Conversamos con la familia, fuimos al museo donde hay escritos personales de Seppala, para quien era importante contar la historia de Togo […] No quería que la hazaña fuera de él sino de Togo”.
El filme se grabó en un lapso de ocho meses bajo condiciones complicadas, pues en ocasiones había nevadas y además se contaba con solo seis horas de luz del sol al día.
“Creo que aunque es un filme de aventura y es un viaje épico, ese no es el punto de la película”, dijo el director. “La grabamos en una locación de verdad muy íntima con el fin de mostrar el viaje emocional de este hombre que tenía que sobrevivir en Alaska”.
Anónimo dice
muchas felicitaciones a las personas que nos dan a conocer estas historias de gran humanidad y reconocer la loable y titanica labor de Togo y reconocer su hazaña que en su momento no se le dio.
Victoria Infante dice
Tienes toda la razón. Afortunadamente nunca es tarde para reconocer a un héroe.