Linda Cardellini está cansada de usar tacones y llega a la reunión que tenía programada con un grupo de blogueros con los zapatos en la mano. Es decir, descalza. No se inmuta. Se sienta en el mullido sillón, coloca los zapatos a un lado y se los pone tranquilamente.
Todos la vimos con ojos de incredulidad. ¿No se supone que Hollywood es todo glamour y belleza? Al parecer no para Linda, quien prefiere darle aunque sea breves descansos a sus pies. Por cierto, los tacones eran muy lindos pero, en efecto, muy altos.
Unos segundos más tarde, la mujer protagonista de “Daddy’s Home 2”, que se estrena hoy, nos vuelve a sorprender cuando nos cuenta que su pareja –no especificó si era su esposo– es también su Maquillista. El hombre estuvo presente en la reunión con brochas y polvos en mano por si a Linda se le ofrecía.
La charla se centró principalmente en esta segunda entrega de “Daddy’s Home”, cuya primera parte tuvo muy buena recepción en la taquilla. Ahora, aunque regresan todos los personajes que se vieron en la versión anterior, tiene interesantes adiciones, entre ellas a Mel Gibson y a John Lithgow.
En la nueva entrega, Brad (Will Ferrell) y Dusty (Mark Wahlberg) por fin se llevan de maravilla. Brad vive y cría a los hijos biológicos de Dusty, y aparentemente todo va bien hasta que entran al ruedo Kurt (Gibson) y Don (John Lithgow). El primero es papá de Dusty y el segundo de Brad.
El problema es que Kurt es un machista insoportable, contrario a Don, que es un pan en todos los aspectos.
En algún momento a alguien se le ocurre que todos deberían ir a celebrar la navidad a una cabaña y aquí comienzan los problemas.
En todo este torbellino está Sara, que interpreta de Linda. A pesar de que su personaje es el de una mamá dócil y tierna, también es el balance entre estas dos fuerzas que se desatan entre su esposo y su suegro, por un lado, y su ex el padre de este, por otro.
Nos dijo que a ella le sorprendió mucho, pero más le emocionó saber que habría una segunda parte de “Daddy’s Home”, sobre todo porque dice que el talento con el trabajó fue maravilloso.
“Todo fue súper ‘cool’. La pasamos muy bien durante las grabaciones. Esta vez fue más divertido que en la primera parte”, dijo. Y es que esta cinta fue filmada en Boston, en pleno invierno, cuando la ciudad está blanca de tanta nieve.
Pero también nos hizo una confesión. Cuando le preguntamos sobre sus talentos culinarios y lo que suele cocinar en navidad, puesto en la película ella prepara algunas bebidas, dijo que en este aspecto es un desastre.
“Soy la peor cocinera del mundo. Lo que hago es llevar las bebidas […] Lo que quieras puedo encontrar en la tienda para ti e incluso te llevo bebidas extra, pero nada de cocinar”, dijo.
Sobre actores con tanto peso y trayectoria como Mel Gibson y John Lithgow no tuvo más que palabras amables. La pregunta acerca de cómo fue trabajo con ellos tenía la intención de indagar si es que hubo algún incidente “raro” con Gibson, quien tiene fama en Hollywood de ser de pocas pulgas.
“Todos fueron maravillosos”, insistió Linda, quien se despidió esta vez con los zapatos puestos.