¿Te ha pasado que tienes toda la intención y ganas de comer rico, pero cuando sacas tu cartera no te alcanza más que para una fritanga barata y mala?
Encontré estas ideas en un sitio que me parecieron dignas de reproducirse. Échale un vistazo y toma nota.
1. ¡No compres con hambre!
Un estudio demostró que las personas que compran cuando tienen hambre son más propensas a comprar comida con más calorías. Lleva una pieza de fruta o una bolsa de plástico con semillas secas en tu bolso para evitar llenar el carrito con comidas que se te antojan pero que no comprarías con el estómago lleno.
2. Compra frutas, verduras y pescado congelados.
Mientras que los alimentos procesados pierden su valor nutricional, las frutas, verduras y pescado congelados preservan las vitaminas y minerales de cuando están en su punto más fresco. ¿Los precios? La comida de mar fresca es mucho más cara, si la puedes conseguir. Por su parte, las verduras y frutas congeladas no siempre son más baratas
3. Compra en tu mercado de productores locales.
Te va a sorprender, pero es más barato comprar los vegetales –orgánicos o no- en los mercados de productores locales. Así que pásala bien comprando con tus vecinos y apoyando a los granjeros de tu región.
4. Sigue tu lista al pie de la letra.
Haz tu plan de comida y lista de compras en casa, y síguela al pie de la letra. Aquí hay una excepción: cuando compras en el mercado local o con productores locales; algunas veces habrá frutas o vegetales frescos que resaltarán.
5. Come muchos frijoles y siempre cocínalos tú.
Los frijoles son una gran fuente de proteína y fibra. Son también muy baratos, si los compras secos. Hacerlos es fácil, solo decide en la noche qué vas a comer al día siguiente. Si la comida incluye frijoles, ponlos a remojar en un recipiente toda la noche. En la mañana cocínalos mientras te preparas para el día.
6. Compra en grandes cantidades.
Costco® y otras tiendas similares venden frutas y vegetales a precios ridículamente bajos… si estás dispuesto a comprar, digamos, 15 libras de papas u 8 libras de naranjas.
Otro gran beneficio es que sabes que la carne del animal que estás comprando no fue criado en una fábrica de engorda. Así que la carne podría estar libre de esteroides y antibióticos que plagan los cortes de carne de las ofertas en los supermercados
7. Únete al programa CSA.
El programa Apoyo Comunitario a la Agricultura (CSA, por sus siglas en inglés) es otra manera de ahorrar dinero al eliminar al intermediario. A través de este programa, pagas una cuota fija por adelantado y cada semana recibes una caja con los alimentos que hayan salido de los campos de cultivo.
8. Reduce tu consumo.
Cuando salgas, comparte el plato principal o empaca la mitad para otra comida. Y en casa sirve porciones más pequeñas en platos más chicos.
¿Tienes más tips para mejorar tus hábitos de consumo? Compártelos aquí.
Veronica Cervera (@LaCocinaDeVero) dice
Te ha quedado precioso, Victoria. Muchas felicidades. Comienzo compartiendo este.