Los primeros recuerdos que tengo de La Lechera se remontan a mi infancia, cuando mi mamá metía en la olla a presión una lata de esta leche condensada.
Después de un rato de oír el chiflido de la olla, que nos parecía eterno, sacaba la lata, la abría y embarraba una cuchara en esa pasta café brillante, con consistencia suave y firme a la vez, y nos repartía una a cada uno de mis hermanos. Era un verdadero manjar.
Volví a vivir esa experiencia hace unos días, cuando me invitaron a participar en La Lechera Cooking Challenge, un reto que consistía en crear un postre con este y otros ingredientes “sorpresa”. Por supuesto que no metí mi cuchara en la cajeta que nos pusieron enfrente -como le decíamos en mi casa a ese postre-, pero ganas no me faltaron.
Las participantes éramos un grupo de blogueras que, por lo que vi, eran muy diestras en las artes culinarias, talento que, dicho sea de paso, no está entre mis habilidades.
Sin embargo, teníamos a una anfitriona y chef de primera, la mexicana Pati Jinich, quien nos guió e inspiró para crear los postres más originales y deliciosos.
Esto es algo de que pasó ese día.
Las blogueras tuvimos que preparar una receta con los ingredientes “sorpresa” que recibimos.
La Lechera hecha cajeta era uno de los ingredientes que podíamos usar en la receta.
Blogueras con las manos en la masa.
Mientras los hornos estaban a todo lo que daban, las blogueras chateaban y chateaban entre ellas.
Aquí la chef Pati probando todos los postres para escoger al equipo ganador.
Uno de los postres listos, panquecitos en forma de tarántulas. Este fue el postre que presentó el equipo en el que participé.
Pie de durazno sin gluten, la invención de otro equipo.
Panacota de aguacate con bolitas de pan. ¡Fue el postre ganador!
Panacota con salsa de franbuesa. ¡Yummy!
¿Te gusta La Lechera? Platica tu experiencia con este postre.