No exagero si les digo que cuando vi el cuadro que abre “Expressionism in Germany and France: From Van Gogh to Kandinsky”, en el Museo del Arte del Condado de Los Ángeles -LACMA-, casi lloro.
Se trata de “Wheat Field with Reaper and Sun/The Harvest” (en portada), que Vincent van Gogh pintó en 1889 y ante el cual no te puedes quedar indiferente porque, a pesar de la aparente simpleza de su composición, te inmovilizan los estridentes rayos del sol que caen sobre un campo de trigo que brilla más que el oro. No puede ser más bello.
De ahí en adelante, lo que se despliega en esta exhibición, que termina el 15 de septiembre, no es menos deslumbrante. Te vas a topar con obras magníficas de genios del expresionismo como -además de Van Gogh-, Paul Gauguin, Paul Cézanne, Wassily Kandinsky y Henri Matisse, así como de otros creadores menos conocidos, pero que también son parte de este movimiento gestado a principios del siglo pasado, como Raoul Dufy, Paul Fechter, Paul Klee, Franz Marc y Gabriele Münter.
Son 90 pinturas, 45 trabajos en papel y otros objetos, como libros y catálogos, que, por primera vez, presentan el expresionismo no como un estilo distintivo de Alemania, sino como un movimiento internacional en el que un grupo de artistas de ese país y de Francia respondieron con distintos acercamientos al trabajo de maestros modernos, como Van Gogh, Matisse, Cézanne y Gauguin.
Timothy O. Benson, curador de la exhibición, explicó cómo artistas de distintas procedencias solían establecerse en algunas regiones de Francia, sobre todo al sur, para inspirarse.
“No todos los artistas eran franceses o alemanes, sino de otras partes, pero que viajaron a lugares de Francia para hacer sus trabajos”, dijo el experto. Entre estos mencionó a Van Gogh, pintor holandés que desarrolló una parte importante de su obra en Francia.
El expresionismo no fue un movimiento con un estilo homogéneo, y las obras que integran esta exhibición muestran su eclecticismo. Por ejemplo, un cuadro de Gabriele Münter, a pesar de pertenecer la misma época, dista mucho del estilo de uno de Othon Friesz. Eso porque una característica del expresionismo era representar al objeto a través de colores y brochazos dramáticamente expresivos. Era lo contrario a lo que plasmaba el impresionismo y a su intento por recrear la realidad.
La razón por la que se cree que este fue un estilo predominantemente alemán, es porque el crítico de arte de ese país, Paul Fechter, fue el primero en escribir el primer libro sobre el expresionismo, en 1914, y que se puede ver en la muestra. Sin embargo, este movimiento nació y creció con el intercambio constante entre artistas de ambos países, así como con la ayuda de críticos y mecenas, que llevaban las últimas tendencias a galerías de arte de Alemania, en donde había más libertad y apertura para nuevas expresiones. Los museos eran bastante rígidos en ese sentido.
Las principales obras de la exhibición son préstamos de museos nacionales e internacionales, así como de la colección de LACMA. El resto pertenecen a instituciones como MoMA, Dallas Museum of Art, Musée d’Orsay, Tate Modern, National Gallery of Art y otras.
Como puedes ver, se trata de una exposición de gran magnitud, de esas que pocas veces reúnen tantos trabajos de artistas europeos tan relevantes con estilos tan diversos. Al final del recorrido, hasta un Picasso te va a sorprender.
Antes de llegar a LACMA, “Expressionism in Germany and France” estuvo en Suiza, y luego de su periodo en Los Ángeles viajará a Canadá.
Para informes sobre la exhibición, precios de entrada, horarios y programas relacionados por esta muestra, visita Lacma.org.
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Mientras tanto, te invito a ver algunas de las obras que te esperan.