Desde que soy mamá me he vuelto más exigente que nunca con las películas que voy a ver al cine con mis hijos. Para empezar, tienen que tener un mensaje hermoso, que enseñe cosas bonitas a mis panzones. “The Dolphin Tale 2”, que se estrenó el viernes, llena esos requisitos.
Solo hay una cosa que lamento: no haber visto la primera entrega de The Dolphin Tale, pero no porque exista alguna relación entre los dos filmes que te impida entender la segunda parte. Se debe más bien a que estoy segura de que la primera Dolphin, que se estrenó en 2011, está igual de linda y enternecedora que la secuela.
Vi el filme hace unos días junto con mi familia. Excepto Jorge Mario, que apenas tiene un año y parece remolino luego de diez minutos de estar sentado, todos salimos encantados. Es una historia animal muy humana, si es que cabe la descripción.
Dolphin 2 está basada en el drama de Winter, una delfín a la que le tuvieron que amputar la cola debido a una infección que contrajo luego de que fuera encontrada atrapada en una trampa para langostas.
La delfín pierde a su mejor amiga, Panamá, otra delfín que muere aparentemente por viejita; tenía unos 40 años, una edad ya avanzada para este tipo de cetáceos.
Como Winter que quedó sola está bastante deprimida, y sus cuidadores no saben qué hacer para contentarla. El problema es que como no quiere que le pongan su prótesis en la cola -lo que le permite nadar- hay peligro de que muera. Es entonces cuando sus entrenadores tienen que pensar en un plan para que recobre la alegría y así evitar que se lleven a un acuario de Texas. Actualmente está en Tampa, Florida.
Al parecer, parte de la historia de esta secuela está basada en hechos reales, como el rescate de un delfín pequeño por parte de una organización que a eso se dedica, y que fue al final el que salva a Winter no solo de la depresión, sino también de que la transfieran a otro lugar.
No les voy a contar más detalles, pero baste decir que las historias -reales o no- alrededor de este filme, son conmovedoras. Y eso es lo que siempre espero cuando me siento en una sala de cine.
Actualmente está en cartelera, así que si no tienen planes para el fin de semana vayan a verla. Aunque a mi hijo de tres años le gustó, hubo momentos que le causaron algo de angustia. Así que yo la recomiendo para niños un poco mayores, digamos que de 8 años en adelante.
Si ya la vieron cuéntenme qué les pareció, y de paso participen en esta promoción patrocinada por Warner Bros. Pictures y Alcon Entertainment. Hay muchos premios, entre ellos Hollywood Movie Money, bolsas, camisetas y otras cositas relacionadas con la película. ¡Suerte!