No tienes que esperar a que tus hijos crezcan para que aprecien el arte. Si bien quizá no lo entiendan como lo entendemos los adultos –y qué bueno–, sí puedes lograr que hagan ciertas conexiones para que lo que ven no les parezca lejano o extraño.
Hace unas semanas visitamos el museo Getty, donde ahora y hasta el 1 de mayo está expuesta “Woven Gold: Tapestries of Louis XIV“, una maravillosa muestra que incluye 14 tapices monumentales que datan de hace más de 300 años.
Para que mis hijos, sobre todo Víctor, que entonces tenía 4 años, comprendiera lo que estábamos viendo, lo puse en antecedentes antes de llegar a la exhibición. Ya en la sala me hizo preguntas tan ingenuas como, “¿Cómo metieron los tapices aquí?”, o “¿Quienes son las personas que están en las fotos?”, refiriéndose a las imágenes de las obras.
No importa cómo lo interpreten; acercar a tus hijos a las piezas de arte son enseñanzas que nunca olvidarán y que algún día tendrán resonancia en su vida. Entonces dirán, “Ah, yo vi esto cuando mis papás me llevaron al museo tal y tal cuando era pequeño”. Esa será tu recompensa.
Estos fueron algunos de los puntos que le comenté a mis hijos antes de llevarlos al Getty. Claro, se los dije en forma de cuento y con palabras que pudieran entender. Este fue más o menos el relato.
Que muchos de los tapices pertenecieron a un rey, como los que salen en los cuentos, y que subió al trono cuando apenas tenía 22 años. Era el rey Luis XIV, conocido el “Rey Sol”, de Francia (1643-1715).
Que Luis XIV murió hace 300 años, y que en conmemoración a esa fecha, el museo había montado la muestra.
Que 14 de esas piezas habían sido traídas de Francia, de una colección real de ese país.
Que Luis XIV estaba loco por los tapices, y que por eso, a pesar de haber heredado muchos, compró cientos más y mandó hacer muchos otros, y que eran costosísimos. Cuando subió al trono, poseía unas 44 juegos; cada juego podía contener entre 2 y 12 piezas. A su muerte, había 304 juegos, por lo que se calcula que habría amasado unas 2,600 piezas.
Que contrario a lo que se piensa, los tapices se siguen fabricando, en el mismo lugar que se creaban las piezas para Luis XIV, en la Galerie des Gobelins, en París, con la misma técnica que hace tres siglos.
Que los tapices también se conocen como gobelinos, por el lugar donde se comenzaron a manufacturar en Francia. Antes de Gobelins se fabricaban en otras partes de Europa.
Que la colección de Luis XIV fue nacionalizada luego de la Revolución Francesa, y que muchos de los tapices –la mayoría– fueron destruidos para extraerles los metales preciosos que contenían –como oro y plata, que se tejían con los hijos para dar color–, debido a que el país necesitaba dinero. Fueron quemados. Y que los que sobrevivieron, unos 600, fueron por pura suerte.
Que antes de hacer un tapiz, un gran, pero gran artista –como Rafael Sanzio, Peter Paul Rubens y Charles Le Brun, por ejemplo–, tenía que pintar el lienzo original, y que de ahí los artistas se basaban para ir tejiendo la obra. Al final, la pintura se desechaba porque se maltrataba con tanto trajín. Por eso se dice que los tapices superaban en arte a la misma pintura, ni importaba qué tan grande fuera el autor de la pieza original.
Que los tapices/gobelinos se colgaban en las paredes de los palacios en fiestas y reuniones con personajes importantes, y eran más que nada para presumir la riqueza de la corona para engrandecer a Luis XIV.
Que ahora, los gobelinos que se fabrican en Gobelins se usan para adornar palacios, residencias presidenciales y embajadas francesas en todo el mundo.
Que los gobelinos se fabrican con lana, seda, plata o hilos forrados de plata, por artesanos expertos.
La exhibición no es tan extensa; la puedes recorrer en una hora. Con niños bien la puedes ver en media, sobre todo si a tus hijos les urge ir al salón familiar del Getty, donde hay actividades para ellos.
No te la pierdas, la entrada al Getty es gratis y solo tienes que pagar 15 dólares de estacionamiento. Los lunes está cerrado y los sábados abre de 10 a.m. a 9 p.m.
¿Y tú cómo preparas a tus hijos cuando los llevas a ver una exhibición de arte?