Lo primero que nos dijo un publicista a un grupo de periodistas que asistimos a una función previa de Bless Me, Ultima, fue que no se trataba de una cinta latina.
“El Padrino no es una cinta italiana; es una cinta estadounidense con tema italiano. Igual Bless Me, Ultima: no es una película latina. Es una producción estadounidense con un tema latino”, dijo.
La comparación no pudo ser más exacta. La película, que aborda la extraña relación que se desarrolla entre un niño y una anciana curandera, sucede en Nuevo México, en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Antonio Márez (Luke Ganalon), como se llama el joven protagonista, entiende por intuición las enseñanzas que le recibe de Ultima -papel que hace la actriz puertorriqueña Miriam Colón-, quien venera la Tierra y utiliza sus elementos para curar los males del ser humano.
Esto a la vez le trae a Ultima problemas, puesto que los moradores del pequeño pueblo donde sucede la historia no la ven como una mujer sabia, sino como una bruja o hechicera que usa poderes que no vienen de dios.
Lo más sorprendente de esta producción es que es una buena adaptación de la novela homónima del autor chicano Rudolfo Anaya. Fue escrita en 1972, y ahora es considerada uno de los textos más valiosos de su época, no solo por la riqueza de su lenguaje, sino porque el libro es un reflejo rico y elaborado de la vida de los chicanos criados en el Nuevo México rural de los años 40.
El director del filme fue Carl Franklin, quien ha recibido críticas bastante favorables sobre este trabajo, del que también fue guionista.
Miriam Colón, una extraordinaria actriz puertorriqueña que vive en Nueva York, donde también dirige el Puerto Rican Traveling Theater, dijo estar feliz con la oportunidad de hacer esta cinta, sobre todo porque no siempre hay papeles en los que una mujer como ella, de 76 años, puede ser la protagonista.
“Para una actriz entrenada como yo, es muy difícil encontrar un rol que tenga sustancia; mucho menos para una latina”, dijo hace unos días en una conversación telefónica desde su apartamento de Nueva York. “Yo no veo nada de eso en Hollywood”.
Algunos críticos han dicho que se trata de un filme con dosis de realismo mágico; sin embargo, Colón se rehusa a aceptar esa definición.
“Es un retrato bastante honrado de gente confrontándose a la crisis”, explicó la artista en referencia a las secuelas de la guerra. “No es realismo mágico; el realismo mágico lo tenemos alrededor de nosotros […] En noche, en el sol, en las frutas, en las flores. El respeto que tiene Ultima por la naturaleza no es lo que pasa en la realidad. No analizamos el poder de la naturaleza”.
Esta es la quinta semana que Bless Me, Ultima permanece en cartelera en Los Ángeles, y es un verdadero triunfo si se toma en cuenta que se trata de una producción independiente, con poco dinero para promoción y que solo se proyecta en salas donde se muestran películas no comerciales, entre ellas la cadena Laemmle (www.laemmle.com).
Ojalá pudiera durar mucho más. No es fácil ver una buena adaptación de un tema tan latino realizada por un director anglosajón. Es un verdadero mérito. Les aseguro que no saldrán decepcionados.