Pocas películas, sobre todo si duran más de dos horas, merecen la pena verse más de una vez. El caso de “Black Panther” es una de ellas, no solo por la maravillosa historia que cuenta, sino porque visualmente es una delicia hasta para quienes no somos fanáticos de los filmes de superhéroes.
Marvel ya había dado una probada de lo que sería Black Panther en “Captain America: Civil War”, cuando a T’Challa le matan a su padre. Entonces este chico tiene que regresar a la nación africana de Wakanda para tomar el puesto de rey que por derecho le pertenece.
La cinta, coescrita y dirigida por Ryan Coogler, está actuada por un grupo de actores negros –solo unos cuantos blancos ser pueden ver en la cinta– que lo que mejor hicieron fue resaltar el orgullo por sus raíces y su cultura.
Wakanda es una nación bastante avanzada, nunca ha sido invadida y es una mezcla de profundas tradiciones africanas con lo más avanzado de la tecnología futurista.
Black Panther, quien es interpretado por Chadwick Boseman, tiene que enfrentar a un poderoso enemigo que le disputa el reinado, así que su fuerza e inteligencia se ponen a prueba cuando se enfrentan en una lucha a muerte. Quien venza tendrá en sus manos el futuro no solo de Wakanda sino del mundo entero.
Boseman comparte la pantalla con un impresionante grupo de actores, todo negros, entre ellos Angela Bassett, Forest Whitaker, Lupita Nyong’o, Danai Gurira, Martin Freeman, Daniel Kaluuya, Andy Serkis, Letitia Wright y Winston Duke.
Wakanda, el mítico lugar donde se desarrolla la mayor parte del filme, es uno de los más ricos en recursos gracias a los grandes depósitos de un metal llamado vibranium que abunda en esa nación.
Pero lo que más llama la atención no es solo la increíble ciudad que se creó para esta cinta, sino los maravillosos atuendos y las locaciones, como las Challenge Pool at Warrior Falls, donde los que aspiran a ser reyes tienen enfrentarse físicamente.
Los trajes, otra delicia visual, no son inventados. Están inspirados en los de las tribus como las Maasai, Tuareg, Dogon y Zulu.
Mostrar al continente africano como nunca antes, de una forma tan intelectual, es una forma de entender también su cultura, sus antecedentes y su belleza. Ya no como un lugar de salvajes, sucio y atrasado, como bien lo dijo un productor de la cinta.