Hello Kitty ha sido tan inteligente y persistente en sus 40 años de existencia que ha logrado meterse en todos los recovecos imaginables de la vida cotidiana de muchos.
Y aunque esto le parezca ofensivo a los fans de los superhéroes, esta gata con cara de “no mato una mosca”, puede jactarse de estar a la altura de cualquier Hombre Araña, Super Man o Batman.
Me consta, y lo comprobé en el Japanese American National Museum de Los Ángeles, en la exhibición “Hello! Exploring the Supercute World of Hello Kitty“, que termina el 31 de mayo y que, además de explorar la manera en que esta pequeña individua ha influenciado la cultura popular, celebra sus cuatro décadas de existencia.
¿Qué quiere decir eso? Pues que la exposición demuestra cómo es que, literalmente, tenemos a Hello Kitty hasta en la sopa.
Este personaje nació cuando yo tenía 7 años, y supe de su existencia casi inmediatamente debido a que estudié en un colegio de niñas “bien”, aunque yo era niña “mal”. Entonces era ley que las compañeritas estuvieran a la moda y llevaran al aula de clase lo que en ese momento estaba en apogeo, llámese ropa, utensilios o hasta peinados.
Por supuesto que a mí solo se me salían los ojos con la mentada Hello Kitty, puesto que la mayoría de las niñas, que llevaban desde lápices y mochilas hasta cosas tan inútiles como calcomanías y engrapadoras, obtenían estos objetos de los viajes que hacían a Estados Unidos, algo que yo no podía alcanzar ni en mis más alocados sueños.
Y si acaso podías conseguir algo del personaje en cuestión tenía que ser de contrabando, puesto que entonces no había acuerdos comerciales como los que hay ahora. Eso significaba que tenías que pagar cinco veces más de lo que en realidad costaba cualquier artículo de Sanrio, la compañía que fabrica la muñeca.
Todo esto para decirles que la muda e inerte Hello Kitty fue una influencia en mi vida. ¿Cómo? Pues aunque no soy fan, no puedo evitar sentirme atraída por este personaje, tanto que no pude resistirme a ir al museo a ver la que esta institución califica de la primera retrospectiva a gran escala en Estados Unidos.
Ahí descubrí varios datos interesantes que, para los escépticos, quizá cambie la percepción que tienen de Hello Kitty (y si no la cambia igual me parece interesante dejar documentada mi impresión). Aquí los tienen.
1.- Muéranse con esta revelación: Hello Killy no es una gata, es una niña, y Sanrio ha sido enfático en ese aspecto. Es un personaje, es una “amiga”. Por eso nunca la hemos visto en cuatro patas. Camina, piensa y se comporta como humano, y también por eso tiene mascotas.
2.- Hello Kitty no es japonesa, aunque haya sido creada por una empresa de ese país. El personaje es inglés y vive a las afueras de Londres con su familia. Se apellida White.
3.- Hello Kitty tiene una hermana gemela idéntica que se llama Mimmy. Las diferencia la posición del moño de la cabeza. El de Kitty siempre es rojo y está de su lado izquierdo. El de Mimmy está a su lado derecho.
4.- Los papás de Hello Kitty se llaman George y Mary. Y los abuelos Anthony y Margaret.
5.- A Hello Kitty le gusta viajar, tocar el piano y comer el pie de manzana que hornea su mamá.
6.- El lema de Hello Kitty es, “Nunca puedes tener demasiados amigos”.
7.- En la escuela, Hello Kitty es muy aplicada en inglés, música y arte.
8.- Desde que fue creada, Hello Kitty ha tenido tres diseñadores. A partir de 1980 es Yuko Yamaguchi, a quien también llaman la mamá de Kitty.
9.- En 1999 se creó un “amigo especial” para Hello Kitty, Dear Daniel, pero aunque salen con vestidos de novios y en muchas otras situaciones engañosas juntos, no hay nada entre ellos, ¿entendido?
10.- Además se una niña, sus creadores dicen que Hello Kitty es una súper estrella y un icono, pero sobre todo una amiga.
Si ya te recuperaste de la impresión por estos datos, ahora échale un ojo a los objetos que están incluidos en la muestra. Algunos están de no creerse. (Fotos: Ser Mamá Latina).